¿Quieres una boca sana?
Una boca sana no sólo aporta salud extra a tu organismo sino que además te hace sentirte mejor contigo mismo y con los demás. Para lograrla y mantenerla es fundamental realizar revisiones periódicas en el dentista así como tener unos hábitos de higiene oral adecuados.
Las visitas de prevención al dentista facilitan la detección precoz de cualquier problema dentario, siendo las más comunes la caries y la infección de las encías. Con frecuencia sólo se asiste al profesional cuando tenemos dolor o molestia. Algunas patologías dentales, como las gingivales, cursan sin dolor y en ocasiones cuando se consultan ya se encuentran en un estado muy avanzado.
La boca humana presenta una flora bacteriana muy abundante y variada, es decir, tenemos la boca infestada de microbios. Si las bacterias se acumulan en exceso, se forma una película llamada “biofilm Bacteriano” (conocido como placa bacteriana), con potencial para producir patologías dentales. Por eso es necesario cepillarse adecuadamente cada 12 horas, eliminando la placa bacteriana de todas las superficies dentarias con los instrumentos precisos (según las instrucciones del profesional), y así evitaremos caries e infecciones de las encías o gingivales.
Por último es aconsejable tener un estilo de vida saludable:
- Practicar ejercicio físico regularmente, ayuda a controlar el estrés (íntimamente relacionado con la enfermedad periodontal) y previene la obesidad.
- Evitar el consumo de tabaco y de alcohol.
- Dieta sana y equilibrada, evitando los alimentos azucarados y las bebidas gaseosas azucaradas (intervienen directamente en el proceso de formación de la caries). Consumir frutas y verduras puede tener efectos beneficiosos en las encías porque facilita la auto higiene bucal.
Así podrás disfrutar de una boca sana.